martes, 11 de noviembre de 2014

Ven conmigo... y nos revolcaremos en la hierba.

Ven,
ven conmigo
y nos revolcaremos en la hierba
y jugaremos con las nubes.
Ven,
ven conmigo
y recorreremos lugares insospechados
incluso aquí mismo.
Ven,
ven conmigo
y abrázame...
abrázame, ven.

Autoescritura de un diciembre de esta vida

Bébeme con toda la furia de tus adentros
y salgamos al fresco de la noche,
a respirarlo,
a que nos llene de inigualable vida.
Hagamos fotografías de la noche
y de todo aquello que nos cale hondo,
que se esconda dentro de nuestras entrañas
y nos haga palpitar y sentir muy severos.
Vamos a perdernos por ahí
y a calmarnos en cualquier esquina,
mientras otros se arrodillas
clamando a Dios,
pero tú y yo no;
tú y yo solo clamamos a los dioses,
los dioses de la naturaleza
y nos quedamos perplejos ante los sonidos y los olores de la natura
mientras nos autoderrotamos
y callamos
absortos en nuestros pensamientos
y nuestras tristes ánimas desnudas.

Me encanta la lluvia (2012)

Me encanta la lluvia.
Y que llueva
y que el infinito cielo se torne gris
y así los olores nos penetren
y nos inunden las ganas de salir fuera
a mojarnos nuestros hermosos cabellos color chocolate
para acurrucarnos en los más pequeños y sucios resquicios de las calles de París.

lunes, 17 de febrero de 2014

sábado, 5 de mayo de 2012

.

Me confundo
y me confundes
y te confundo
y me confunden
y salgo a la calle
entre la confusión de media mañana.


¿Qué hora es?
¿Dónde estamos?


Todo se mueve
y el mundo me baila y se burla de mi,
mientras yo lo observo todo,
sin entender lo más mínimo,
habiendo "justo" perdido el rumbo
un rumbo que acababa de encontrar.
Pero esto es como el dicho...
"lo qué rápido viene, rápido se va".

miércoles, 2 de mayo de 2012

Estúpidos, estúpidos...

Estúpidos estúpidos
que no nos mostramos
y nos escondemos
bajo párpados caídos,
miradas perdidas
sonrisas vacías
y deseos insatisfechos.
Estúpidos estúpidos
que siempre estamos esperando
y nunca vivimos.
Estúpidos, estúpidos...
rebelaros.
Estúpidos, estúpidos...
sed impulsivos.

.

Y me convertiré en una escritora anónima que cuente sus penas...
¿Qué penas?
Ninguna!